Edinson León
(pastor-evangelista)
Uno de los grandes problemas dentro de nuestra sociedad actual, es el poco cultivo de los valores, la indiferencia y la desidia en este aspecto, merman nuestra identidad cultural. En muchas partes las personas se identifican por su vocabulario o su forma de hablar, aquí en Venezuela, o más específicamente en el estado Zulia, la gente es conocida por su forma tan peculiar de hablar y por el uso de modismos en su lenguaje coloquial. Cualquier habitante de otras partes del país, sabe reconocer a un zuliano o un marabino, solo por su forma de expresarse. Por otro lado, el problema no radica en la forma de hablar que identifica a un pueblo, debido a que cada grupo, etnia, comunidad o población se identifican con una forma peculiar de hablar. En mi caso particular, muchas personas solo escuchándome hablar saben que no soy marabino. El punto es que no se trata del estilo o costumbre de hablar, sino de aquello que se habla.
A donde quiera que uno vaya, siempre se va a topar con un pésimo vocabulario, es decir, un vocabulario obsceno, soez y grosero. Tenemos la impresión que humanamente esto no tiene remedio. Estamos resignados a escucharlo en todas partes, en la casa, en trabajo, en la oficina, en la universidad, en el bus, en la televisión, en la radio, en la calle y pareciera que la lista de lugares no tiene donde acabar. ¿Será que los valores morales de la escuela no son suficientes para terminar con esta lacra? ¿O será que muchos de aquellos que dicen en las escuelas, "¡no digas esas palabras...!", son los primeros en decirlas? Hoy muy pocas personas enseñan con el ejemplo.