por:
Edinson León
(pastor-evangelista)
Tal vez mucha gente se ha hecho esta pregunta y sus expectativas de tener respuestas concretas se han desvanecido. La mayoría de personas alrededor del mundo, al verse confrontadas por una situación dolorosa, se sienten naufragar en un mar de angustias y desesperación que da lugar a diversas reacciones naturales, propias de la condición humana. El dolor, la tragedia y el sufrimiento tocan a la puerta tanto del cristiano como del no cristiano, del rico y también del pobre, del niño y del anciano, del adulto y del joven, no existe distinción alguna en esta batalla.
Pero la pregunta está vigente ¿Dónde está Dios cuando sufro? Cuando sucede algo malo en mi vida ¿Dónde está Dios? Cuando las circunstancias me son adversas? ¿Dónde está Dios? Así podemos mencionar una lista interminable de enunciados con distintas interrogantes.
Amigo lector, ¿quien ha dicho que la vida es justa?, a muchos de nosotros nos ha tocado experimentar injusticias y no salimos de nuestro asombro, pues a pesar de nuestro amor a Dios y entrega constante a él, hemos tenido que afrontar situaciones dolorosas en nuestras vidas.
Muchas veces cuando las personas tienen que enfrentar una situación angustiosa surge la pregunta más común ¿Porqué a mi? Esta es una reacción natural de nuestro ser ante las tempestades de la vida. Lo que en esos instantes deseamos es tener respuestas a todas interrogantes que nos formulamos. En su libro Esperanza para el Corazón Afligido el mundialmente reconocido evangelista Dr. Billy Graham dice:
"Sin la guía de Dios, nuestra reacción ante el sufrimiento no es más que un inútil intento de hallarle soluciones a situaciones que no la tienen. Nos precipitamos hacia el interior de un mundo en el que el sufrimiento se intensifica cada día más, a pesar de los medicamentos portentosos y de los adelantos de la medicina. Bien sabemos que no todo sufrimiento es físico. Hoy, más que nunca, necesitamos aprender a encontrar fortaleza para vivir a plenitud."1
Mucha gente que no tiene la comunión y la fe en un Salvador personal, cree que Dios debe necesariamente salvarlos, auxiliarlos, proveerles, sanarlos al momento que ellos se lo pidan, cuando eso no sucede se vuelven contra él por no haber hecho lo que ellos quisieron. La idea errada de las personas, aún cuando no se dan cuenta, es que están usando a Dios como si fuera un muñeco de juguete. Ahora bien, cuando un creyente experimenta el dolor y el sufrimiento en su propia vida, muchas veces considera que su fidelidad y su entrega dentro del ministerio de la obra del Señor, lo exoneran de sufrir cualquier situación dolorosa, es más, muchos hermanos en Cristo creen que su fidelidad en los diezmos y ofrendas es una garantía para no experimentar sufrimientos y tragedias en esta vida.
La muy conocida "teología de la prosperidad" ha cumplido un papel preponderante en lo que concierne a falsear los principios de la Escritura, pues muchas iglesias llamadas "cristianas" han llegado al punto de excluir la doctrina de la soberanía de Dios y menoscabar su autoridad, pues ofrecen, casas, carros, cuentas bancarias, bienes, entre otras cosas a cambio de jugosas ofrendas y donde ponen a Dios como el responsable de que la gente reciba todas las posesiones que ellos ofrecen. Cuando mucha gente no recibe todo lo que estos predicadores ofrecen, se vuelven contra Dios y desconfían de él. Frases como por ejemplo "Pare de sufrir" o "Somos hijos de un Rey, no puedes ser pobre" entre otras, abren la puerta a toda una avalancha de mentiras que generan falsas esperanzas en las personas.
Amigo lector, aunque el sufrimiento es parte normal de la vida en este mundo, cuando nos sucede, se torna anormal y nos sentimos impotentes de sobrepasar el problema. Sin embargo no hay nada que a Dios lo tome por sorpresa, él tiene todas cosas bajo su control y su Espíritu Santo nos ayudará en esos momentos. cuando el dolor toca a su puerta, no ore para escapar de él, sino para que Dios le guíe y fortalezca haciéndole frente.
Uno de los hombres más extraordinarios de la Biblia y que sufrió como pocos en esta tierra fue Job, su vida era recta delante de Dios y su corazón perfecto, existen pocos testimonios de hombres de este calibre en la Biblia, no obstante Job sufrió las calamidades más terribles que un hombre puede experimentar. En cuestión de horas Job lo perdió todo, sus hijos, sus riquezas, sus posesiones y su propia salud, pero a pesar de todo esto, interesantemente Job nunca oró para ser librado de su aflicción, muy por el contrario exclamó y dijo: "He aquí, aunque él me matare, en él esperaré. No obstante, defenderé delante de él mis caminos" (Job 13:15)
En la Biblia encontramos a hombres de Dios excepcionales, con una fe inconmovible, que sufrieron terribles cosas, como dolor, frustraciones, enfermedades, una pequeña lista de ellos incluiría a Abraham, Jacob, Elías, Eliseo, David, Jeremías, Pablo quienes a pesar de sus éxitos y fracasos, la dirección de Dios en sus vidas fue la razón principal de sus victorias. Asimismo el hombre más grande de todos los tiempos Jesucristo de Nazaret, el Dios hecho carne, que vivió y ministró entre nosotros experimentó los sufrimientos más terribles a causa de los pecados del hombre; el escritor Max Lucado hace una semblanza de la agonía de nuestro amado Jesús en el huerto de Getsemaní de la siguiente manera:
"Vaya conmigo a mirar lo que era tal vez la noche más nublada de la historia. La escena es muy simple; la reconocerá rápido. Una tumba de torcidos árboles de olivo. Terreno cubierto con grandes rocas. Una cerca de rocas bajas. Una noche oscura. Ahora mire el cuadro. Observe con detenimiento a través del follaje lleno de sombras. ¿Ve esa persona? ¿Ve esa figura solitaria? ¿Qué está haciendo? Está en el suelo. La cara está sucia por la tierra y las lágrimas. Puños golpeando la dura tierra...Pelo enmarañado por el sudor ¿Es sangre lo que hay en su frente?..."2
Estas vívidas expresiones reflejan el dolor de un hombre enfrentándose a la angustia de la cercanía de la muerte. Recuerde amigo lector si hay alguien que comprende su situación ese es Dios, si hay alguien que entiende su angustia y sus dificultades, ese es nuestro amado Salvador, si alguien comprende sus limitaciones ese es Jesucristo. Finalmente permítame citar una vez más a Max Lucado comentando a este respecto:
"Y la próxima vez que usted se pregunte si Dios percibe el dolor que prevalece en este polvoriento planeta, escúchelo suplicar entre los árboles torcidos. Este es mi argumento. Ver a un Dios como este nos hace maravillarnos de nuestro propio sufrimiento. Dios nunca fue más humano que a esta hora. Dios nunca estuvo más cerca de nosotros que cuando sufrió."3
Descanse en los brazos del Señor y permita que él encamine sus pasos por siempre.
1 Billy Graham, Esperanza para el Corazón Afligido (Miami: Fl., Unilit, 1992) p. 21
2 Max Lucado, Con Razón lo llaman el Salvador 1ª edi. (Miami:Fl., Unilit, 1995) p. 114
3 Ibíd., p.116
Hola, solo queria felicitarlos por su pagina, esta super, y pues quiero que sepan q son unas lindas personas, q Dios les bendiga siempre, son una gran Bendicion, y siempre le dare gracias a Dios por sus Vidas!!! chaito!! Meli!!!
ResponderEliminardios sabe cuando yo sufro el tiene el control de todo pero en la biblia nos dice que no nos da mas carga de la que podemos soportar
ResponderEliminarMuchas gracias , maravilloso y oportuno, Dios les bendiga y siga usando, la Gloria es para el Señor, un abrazo desde Chile.
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