Misión del Blog

ESTE BLOG SE HA CREADO CON EL PROPÓSITO DE PREDICAR LA PALABRA DE DIOS Y EDIFICAR A LOS MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO.

domingo, 26 de julio de 2009

Crítica y Reflexiones sobre el Ateísmo

por:

Edinson León
(pastor-evangelista)

En la Palabra de Dios encontramos la siguiente declaración: "Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido e hicieron abonimable maldad; No hay quien haga el bien." (Salmo 53:1) La Biblia solo tiene una forma de llamar al que dice que no hay Dios y para ello, usa la palabra necio. Una definición de la palabra necio sería, imprudente, falto de razón, terco. No cabe duda que todos estos términos reflejan la conducta de una persona contumaz y rebelde. El capricho del ateísmo debería ser llamado más bien anti-teísmo porque no se trata de negar a Dios sino de estar contra Dios; el hombre cuya naturaleza caída, es directamente proporcional a su rebeldía contra el Creador, ha buscado y aun está buscando desechar a la persona de Dios y colocar al hombre en el centro de la vida y la razón. El anti-teísmo refleja la condición entenebrecida ser del humano, esta ceguera espiritual ha llegado al punto de que resulte inconcebible la idea de un Dios Todopodeoso, Santo, Perfecto, Soberano. Como dice el pastor Mario Cely citando a Hans Kung en su obra ¿Existe Dios?:

"Quien niega la existencia de Dios su reacción no es una reacción espontánea de su mente. Por ejemplo, como cuando observamos la luna en el firmamento instintivamente decimos: “luna”; y podemos ver una cualidad de belleza o fealdad en dicho astro. La reacción mental del pensamiento del ateo no es la reacción de una idea químicamente pura como el agua o el aceite, dos sustancias diferentes que no pueden mezclarse. En otras palabras, lo que quiero decir es que la idea del ateísmo no es algo innato en la mente y cerebro humano como sí lo es la idea de Dios."1

Hoy en día existen diversas y sofisticadas formas de caer en la necedad, una de ellas es la más absurda invención humana conocida como el ateísmo. Muchos personajes, entre ellos renombrados intelectuales, filósofos y científicos se han declarado a sí mismos como "ateos convencidos" y nada les hará cambiar de opinión. Uno de ellos es el biólogo y científico Richard Dawkins el cual ha emprendido una agresiva iniciativa contra la crianza que los padres dan a sus hijos al enseñarles sobre Dios, pues según él, ellos deben aprender lo que deseen sin la presión religiosa de sus progenitores.

El término "ateo" significa literalmente sin Dios (el prefijo a que es un privativo que implica carencia y teos que equivale a Dios) en otras palabras alguien que niega a Dios. Aquella persona que voluntariamente rechaza cualquier concepto que tenga relación con Dios. Esto como lo veremos a continuación queda expresado e las 3 formas de ateísmo que conocemos.

Ateísmo Dogmático

Es aquel que niega categóricamente la existencia de Dios, este punto de vista es tan radical que se ha llegado a dudar que existan escuelas que propugnen y defiendan este punto de vista. Sin embargo la filosofía materialista que niega rotundamente cualquier tipo existencia espiritual es considerada como la impulsora de una mentalidad hostil hacia todo lo que se llame Dios. De modo que el ateísmo dogmático partiendo de la premisa "la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma" han caído en la especulación que es como aquel ciego que camina a tientas y tampoco permite que le ayuden a cruzar la avenida. Como dice el teólogo católico Francis Aveling:

"Claro que no es necesario demostrar que una aseveración dogmática de ese tipo es irracional e ilógica, pues es algo que no se sigue de los hechos ni queda justificada por las leyes del pensamiento. Pero el hecho de que algunas personas hayan abandonado la esfera de la observación científica exacta en aras de la simple especulación, y recurrido a dogmatismos negativos, ciertamente invita a incluirlos en esa categoría específica. El materialismo es la única explicación dogmática del universo que podría de alguna manera justificar la posición atea. Pero aún el materialismo, como quiera que sus seguidores puedan dogmatizar, no puede hacer otra cosa que presentar una base teórica inadecuada en la que se sustentaría una forma negativa de ateísmo."2

En este sentido, el ateísmo dogmático ha cerrado las puertas de la investigación, y a la sensatez de poder al menos asumir una postura flexible ante las muchas interrogantes sobre la creación y su diseño inteligente, lo que Aristóteles llamó la causa primera. De esta manera, el ateísmo dogmático ha abandonado la posibilidad de un sobrio análisis científico para caer en simples especulaciones negativas.

sábado, 25 de julio de 2009

Cristo como autoridad de todos y de todo...

por:
Elia de León
(pastora)
Bosquejo del sermón predicado el domingo en la Iglesia Tabernáculo de Fe

Marcos 4: 35-41

Introducción.
Como conocemos las tormentas son fenómenos atmosféricos que traen con ello fuertes vientos y grandes precipitaciones. Pero como humanos también en nuestra vida se presentan grandes tormentas así como se presentan en el mar.
En lo antes reflejado en la Palabra, podemos observar varios puntos de interés.

I. Una gran tormenta azotaba la barca

1. Hemos leído, escuchado y visto a través de artículos que el Señor sanaba enfermos y hasta ahora lo sigue y lo seguirá haciendo; pero no solamente tiene a utoridad para sanar enfermedades, echar fuera demonios ni resucitar muertos sino también sobre toda la naturaleza, es decir, ella está sujeta a él.
Es importante entender que Jesús tiene poder sobre todas las cosas incluso la naturaleza. Y esto el resto.

2. Cuantas veces no hemos pasado por situaciones en nuestra vida que solo decimos : Señor por que esto me tiene que pasar a mi? es aquí donde el Señor nos enseña quien es él, pero esto no quiere decir que el Señor quita todos los problemas pero si promete estar con nosotros en la tormenta. Es por ello que es necesario colocar a Jesús en nuestra barca y cuando la tormenta llegue estaremos confiado por que el Señor esta con nosotros, así como los discípulos decidieron confiar en él, así mismo debemos hacer nosotros confiar y descansar en el Rey de Reyes y Señor de Señores.

II. Los discípulos solo pensaban en que perecerían.

Aquí podemos observar que los discípulos estaban temerosos de lo que podría pasar, solo pensaban que morirían.

Podemos observar 2 cosas:

1. Lo que sucedía fuera y dentro de la barca:

Que sucedía fuera? aquí podemos observar que la tormenta era fuerte los vientos y las olas azotaban la barca y lo único que pensaban los discípulos era que morirían... aquí vemos como en ocasiones los vientos fuertes y las olas chocan a nuestras vida pero sabemos que Dios es fiel y que su misericordia es para siempre y que después de la tormenta llega la calma, solo llega si descansamos en él.

2. Por otro lado lo que pasaba adentro:

Entendemos que mientras la tormenta no entre a la barca aun tenían esperanza de sobrevivir, pero ya estaba dentro y el temor invadía la vida de esos hombres, de igual manera pasa en nuestra vida, si la tormenta entra a nuestra vida y vivimos f uera de Cristo esa esperanza es removida de nuestra vida.
El pecado nos aparta de la esperanza que tenemos las promesas de su Palabra porque El ha prometido estar con nosotros.


III. El Señor reflejaba su tranquilidad.

Aquí Jesús nos mostraba que era 100% Dios y 100% hombre, experimentó cansancio, a su vez vemos como él estaba dormido en medio de la tormenta, eso refleja la confianza en Dios por que él es Dios.

EL miedo de los discípulos:

1. Se puede apreciar el miedo que sobrevenía en aquellos hombres, y a partir de allí surge la pregunta a Jesús...¿no tienes cuidado que perecemos? había entre ellos desesperación sin notar que tenían allí dentro de la barca al mismo Hijo de Dios. pero... surge la respuesta del Hijo de Dios Él ordena al viento y a la tormenta, y hay una calma instantánea.

2. Hay muchas tormentas que azotan nuestras vidas. Sea la del pecado, donde la solución es aceptar a Jesucristo como el Salvador personal. O sea las tormentas de adversidad que nos atacan a todos, y demandan que pongamos toda nuestra confianza en el autor de nuestra Salvación, Jesucristo el hijo de Dios.

Conclusión:
Es imprescindible que ante las tormentas de la vida pongamos al Señor Jesucristo como capitán de nuestras barcas. Y sea El quien dirija el timón de nuestra vida.